• Se inspira en el libro blanco Success as Knowledge Economy, en la línea de un informe de 1983 (Responsiveness oh higher education to market forces and employment needs), encargado por el gobierno Thatcher y mantenido en secreto durante 30 años porque se consideraba demasiado radical.
  • Facilitaría que, junto a las universidades existentes, nuevos promovedores ofreciesen grados.
  • Establecería el Teaching Excellence Framework, en sus categorías de bronce, plata y oro.
  • Las universidades bien evaluadas en el TEF podrían reclutar estudiantes extranjeros y subir los precios al ritmo de la inflación.
  • La Cámara de los Lores, en la que los conservadores no tienen mayoría, ha aprobado diversas enmiendas al proyecto, tales como que el TEF se regule por ley, se evalúe por entidades independientes y no se vincule a las subidas de precios, así como que los proveedores de grados no puedan hacerlo sin acreditar cuatro años de experiencia.
  • Pero como el gobierno se mantiene firme en sus objetivos y tiene mayoría en la Cámara de los Comunes, el proyecto ha hecho ya diversos viajes de ida y vuelta entre las cámaras baja y alta.

Información en The Conversation.

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