Las tres reivindicaciones principales a este respecto son:

  • Supresión de la palabra “formación” en los contratos (cuando el Estado les cambió el código de los contratos sin avisar, perdieron, entre otras cosas, la tarjeta sanitaria europea y el derecho a cobrar el paro o a cotizar para una futura pensión. Posteriormente los recuperaron).
  • Equiparación salarial de todas las figuras análogas y, en particular, con la de ayudante, que desempeña las mismas funciones y cobra (en los mejores casos) un 25% más. Salario mínimo de 1.000 €.
  • Derecho a indemnización.

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