• Las ocupaciones que me más se heredan de padres a hijos son los pequeños y grandes empresarios, las profesiones liberales (abogados, médicos) y las ocupaciones de baja cualificación del sector primario y servicios (jornaleros, fontaneros).
  • Todavía existen grandes desigualdades por clase social tanto en el riesgo de fracaso escolar como en las posibilidades de cursar estudios universitarios, y estas desigualdades no han cambiado mucho en las últimas décadas.
  • Los hijos de progenitores que trabajaron en el sector primario (pesca, minería), en la construcción, o en el sector servicios de baja cualificación (empleados domésticos, limpieza, cocina, conducción de camiones) alcanzan tasas de graduación universitaria entre el 8% y el 17%, cifras considerablemente por debajo del nivel medio de la población (24%). En cambio, los hijos de padres profesionales liberales (ingeniería, abogacía, médicina, enseñanza) alcanzan tasas de graduación universitaria muy altas de entre el 64% el 83%.
  • Los resultados sugieren que la educación no está funcionando como igualador social ya que, entre individuos que han alcanzado el mismo título educativo, aquellos que provienen de familias más privilegiadas tienen ventajas sustanciales en el mercado de trabajo.

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