Uno de cada dos estudiantes de secundaria cuyos padres tienen un nivel socioeconómico bajo ha repetido curso, frente a uno de cada nueve en las familias de nivel alto. Estas diferencias aumentan la probabilidad de abandono escolar de los estudiantes más pobres.
Estas desigualdades han aumentado con los años, y lo han hecho más entre los hijos de familias socialmente más desfavorecidas.