Algunas conclusiones:

  • La proporción de estudiantes universitarios en España se sitúa en la media de la UE-23 y la OCDE.
  • El rendimiento académico y las tasas de abandono de las universidades españolas resultan equiparables e incluso mejores que el resto de países desarrollados; sólo por detrás de Reino Unido, Irlanda, Israel, Japón y Corea del Sur.
  • La demanda de matrícula en el ámbito de las STEM se sitúa cinco puntos porcentuales por debajo de la media de la UE y muy lejos de países altamente competitivos como Reino Unido o Alemania.
  • La universidad española no ha sido ni es una fábrica de parados. Durante la crisis y la reciente recuperación económica, ha sido el principal vector de creación de empleo, con 1.135.000 puestos con requisitos de formación superior creados, el 56% del total. En España, los trabajadores con Educación Superior tienen una tasa de desempleo un 39% inferior a la de aquellos que solo tienen Educación Secundaria posobligatoria.
  • Los precios de matrícula en España son elevados dentro del panorama europeo.
  • El sistema de becas y ayudas al estudio es insuficiente y excluyente. El requisito académico deja fuera de las ayudas a más de 45.000 alumnos que cumplen las condiciones económicas para acceder y permanecer en la condición de becario y las ayudas anuales para los estudiantes de menor renta –en el entorno de los 2.600 euros– suponen una cantidad claramente insuficiente.
  • Las universidades realizaron en 2017 el 82% de la producción científica española y las publicaciones en revistas del primer cuartil crecieron hasta alcanzar el 52,5%.
  • España ha reducido el gasto en I+D hasta casi la mitad del de la Unión Europea y la OCDE. La financiación de la I+D se mantenía en 2017 un 22 por ciento por debajo de la que teníamos en 2009.

Acceso a La Universidad Española en Cifras (informe completo, resumen ejecutivo, presentación y nota de prensa)

 

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