Cientos de miles de estudiantes extranjeros en las universidades e institutos de Estados Unidos amanecieron este martes sin saber si podrán seguir estudiando allí el curso que viene. Según una circular publicada por sorpresa por Inmigración el lunes, se tienen que ir del país si las clases son online. Más aún, si tienen clases presenciales el año que viene y en algún momento se trasladan a remoto, también tendrán que abandonar el país o serán deportados. En una nación con más de 5.000 centros de educación superior y más de un millón de estudiantes internacionales —7.489 españoles matriculados en sus universidades en el 2017-2018—, la casuística es infinita y la incertidumbre, total.

En uno de los puntos, la nueva normativa dice que se permitirá más clases online de las habituales en aquellos centros que establezcan un “modelo híbrido”. También se dice a los estudiantes que pueden trasladarse a otra universidad que ofrezca clases presenciales. La orden aparece justo cuando estas instituciones están publicando sus planes para el año que viene. Las universidades se ven obligadas a elegir entre ofrecer clases presenciales en medio de la pandemia o perder a los alumnos extranjeros.

Noticia en El País

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