La iniciativa del Ministerio de Universidades para limitar el precio de las titulaciones de grado en los campus públicos y, de paso, reducir las gigantescas disparidades que existen entre comunidades (de hasta un 147%) apenas empezará a asomar tímidamente el curso que viene.

Así, Baleares, Castilla y León, Extremadura, Madrid y País Vasco no bajan todavía los precios, sino que los congelan para el próximo curso. La Comunidad Valenciana, por su parte, empezará bajando un 5% los precios de las carreras más caras. Sí han aplicado una bajada general Navarra (de un 2,38%), La Rioja (3,52%), Aragón (4,27%) y, sobre todo, Cataluña (30%), aunque en este caso el punto de partida era tan alto, que sus campus siguen destacando entre los más caros. También ha aplicado una ligera rebaja para el año que viene una comunidad que no estaba obligada a hacerlo: Cantabria (1%). El resto, como se estableció en mayo, congelan los precios.

Pero las bajadas medias y los porcentajes probablemente no signifiquen mucho para un alumno que quiera estudiar una carrera concreta, teniendo en cuenta, además, la gran disparidad de precios que existe, incluso, dentro de cada territorio entre los grados más caros y los más baratos. Teóricamente, la variación depende de cuestiones como la necesidad de equipos e instalaciones en cada título, lo que en la estadística se llama “grado de experimentalidad”, aunque las comunidades colocan muchas veces los mismos grados en tramos distintos de la horquilla.

Por ejemplo, Medicina presenta una dispersión territorial que va de los 757 euros en las universidades andaluzas a los 1.660,2 en las catalanas. Ingeniería Informática cuesta entre 730 euros en Asturias y, de nuevo, 1.660 en Cataluña. En el otro extremo del abanico de precios, ADE cuesta al año entre 591 euros en Galicia y 1.283 en Madrid, y la horquilla de Historia va de los 517 euros (Asturias) a los 1.283 (de nuevo, Madrid).

Junto a Cataluña (que todavía le quedan una nueva reducción para cumplir con el acuerdo sobre tasas), Madrid es la otra comunidad obligada a aplicar un fuerte descenso hasta el curso 2022-2023, en torno a un 23%. Pero de momento, sus universidades, con las tasas congeladas, se convertirán en septiembre en las que cobran más caro las carreras más baratas: es la única región donde títulos como ADE o Historia superan ampliamente los 1.000 euros anuales. Una cifra que no sobrepasan en ningún caso, ni siquiera para los títulos más costosos de ciencias de la salud e ingenierías, Cantabria, Asturias, Galicia, Andalucía y Canarias.

La Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidades Públicas (Creup). CREUP reclama que no solo se aplique la bajada a las primeras matrículas, sino también a los precios de las materias suspendidas. En este sentido, Aragón ha sí ha anunciado que reducirá un 6,5% las segundas matrículas en las carreras más caras y el País Vasco rebajará en torno a un 30% en las asignaturas suspendidas durante el segundo cuatrimestre del curso pasado, durante el estado de alarma por la covid.

CREUP afirma también que “se debe seguir trabajando para eliminar los criterios académicos en becas universitarias”.

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