Mientras los colegios continúan abiertos, las clases preparatorias para acceder a las “grandes escuelas” francesas, así como las formaciones técnicas superiores y universitarias se imparten desde hace más de dos meses a distancia.

El cierre parcial o total de los centros de formación superiores se traduce en un profundo aislamiento de los jóvenes. La clausura de cafés y restaurantes, donde antes cientos de estudiantes encontraban oportunidades de empleo para llegar a fin de mes, se traduce en precariedad y desazón entre los universitarios. Ante esta realidad, clamada a los cuatro vientos en una manifestación celebrada este miércoles en París, Emmanuel Macron ha prometido medidas específicas para aliviar las secuelas de la epidemia de coronavirus entre la juventud.

Frente a la precariedad económica, el presidente anunció que cualquier estudiante que lo solicite -sea becario o no- podrá acceder a dos comidas diarias en las cafeterías universitarias por un euro. Ante el desgaste psicológico de los jóvenes tras meses de restricciones sanitarias y distancia social, Macron anunció la creación de “cheques psy”, que permitirán”“que todos los jóvenes que lo necesiten tengan un acceso mucho más fácil […] a un profesional -psicólogo, psiquiatra- cuando lo necesiten”. Esta medida de apoyo entrará en vigor el próximo 1 de febrero, según explicó el Palacio del Elíseo a la agencia AFP.

Además, el mandatario abrió la puerta a la posibilidad de asistir a clases presenciales una vez por semana: “Un estudiante debe tener los mismos derechos que un empleado […] Si lo necesita, debe poder ir a la universidad un día a la semana”.

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