Grados universitarios: ¿cuántos y cuáles?

4.8. Heterogeneidad de la oferta

El hecho de que algunos centenares de grados no se repitan o se repitan muy poco es incompatible con la afirmación, bastante usual, de que la oferta de formación de primer ciclo es prácticamente la misma en casi todas las universidades.

Del análisis de los nombres de los títulos se deduce que la oferta de grados de las universidades españoles resulta muy heterogénea en cuanto a los aspectos siguientes (los ejemplos son meramente ilustrativos):

• Extensión del ámbito temático, es decir, enfoque generalista o especializado (compárese la generalidad de Filosofía con la especificidad de Podología o la de Administración y Dirección de Empresas con la de Gestión Aeronáutica), que implica niveles de especialización muy distintos. Muchos grados son generalistas, pero los hay también muy especializados.
  En el caso de los muy especializados (Podología, Logopedia, Creación Artística para Videojuegos y Juegos Aplicados, diversas ingenierías específicas, entre otros muchos ejemplos que cabría aducir) la posibilidad de especialización ulterior vía máster parece poco clara; en estos casos el máster no cumpliría la función de intensificar y especializar, sino la de diversificar.
• Alcance, es decir, la amplitud y el nivel de los conocimientos a adquirir (Administración y Dirección de Empresas vs. Asistencia de Dirección-Management Assistance).
• Presumible vigencia temporal del objeto de estudio característico del grado. Es obvio que la medicina o la física, entre muchísimas otras materias, no tienen fecha de caducidad, pero no puede afirmarse lo mismo respecto a los videojuegos, por ejemplo.

Obsérvese que la dimensión generalista/especializado tiene relación con la vigencia temporal. Un grado generalista difícilmente puede ser efímero. Pero la especialización es compatible tanto con una previsiblemente larga vigencia temporal (como en el caso de la Podología, por ejemplo) como con la fugacidad.

La especialización, por otra parte, no se compadece con que el grado tiene que primar “la formación básica y generalista y no la especialización del estudiante”, tal como dispone la legislación vigente. Ello lleva a plantearse si algunos estudios que actualmente son de grado no estarían mejor ubicados en la formación profesional superior.

Por otra parte, es obvio que el hecho de que los planes de estudios de los grados puedan tener entre 180 y 240 créditos fomenta la heterogeneidad de la oferta, aunque por ahora el impacto de esta cuestionada disposición de 2015 parece moderado.