Esta es la previsión de los campus públicos catalanes para el ejercicio 2020, debido al descenso de ingresos previstos (matrículas, cobros de cánones de restaurantes y tiendas, transferencias tecnológicas) y al aumento de gastos asociados a la prevención de la Covid-19.

El impacto más fuerte será el del número de estudiantes para el curso 2020-2021. Muchas familias no podrán afrontar o bien el coste de la matrícula o bien la dedicación de un miembro joven a tareas no retributivas. Los estudiantes extranjeros se evaporarán. Así, se prevé un descenso de un 5% en los alumnos de grado, pero de entre un 30% y un 40% de los alumnos de máster (con precios más altos).

El resto de entradas de dinero habituales que también se verán mermadas por la crisis del coronavirus son la facturación de centros científicos y tecnológicos (por la menor investigación que habrá), alquileres de espacios, cánones de bares y restaurantes, colegios mayores y residencias universitarias, cuotas deportivas y convenios de colaboración con instituciones.

En cuanto al incremento de gastos, las universidades públicas catalanas se han visto obligadas a adquirir portátiles y licencias para adaptarse de la noche al día a la formación virtual y el teletrabajo. A ello se suma el aumento de los gastos asociados a la prevención de riesgos laborales por la pandemia como las desinfecciones, mamparas, geles, mascarillas… y la reposición de todo el material cedido a los hospitales y residencias como camas articuladas, material de laboratorio y equipos de protección. Finalmente, cuentan también como imprevistos económicos la renovación de los contratos de los investigadores predoctorales durante el estado de alarma.

Como en otros campos (sanidad, residencias, educación), llueve sobre mojado tras los recortes de los diversos gobiernos. En octubre pasado los rectores se plantaron ante el Govern al saber que en el borrador de los presupuestos para el 2020 no se incluían aumentos a los campus públicos tras tres años de estar prorrogados. Pidieron un alza de 240 millones y consiguieron la promesa del Govern de 100 millones, que se convirtió finalmente en 9 millones, a repartir entre todas las universidades.

Noticia en La Vanguardia

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