La Universidad de Barcelona (UB) ha ajustado en los últimos años su oferta de becas de colaboración después de que denuncias de estudiantes y una Inspección de Trabajo en 2018 elevaran la presión contra la figura del falso becario. En 2016 había 930 becarios. Tras la inspección, la UB modificó su reglamento para evitar esta práctica, y redujo sus convocatorias: en 2020 hubo 794. Pero todavía hay estudiantes que denuncian que hacen tareas estructurales y no formativas.

Según los datos facilitados por la UB, en el curso 2016/2017 había 510 becas de colaboración en los servicios de la universidad y 420 en los centros. En el curso 2019/2020 se convocaron 521 en los servicios, pero las becas en los centros bajaron a 273. Un portavoz de la universidad explica que se han reducido tras “ordenar y ajustar” las becas, suprimiendo aquellas en las que primaba más la tarea estructural que la formación.

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