• El profesor, de la Universidad de Granada, calificó con un sobresaliente a la estudiante. Gracias a ello compensó asignaturas y se licenció un mes después.
  • El Tribunal Supremo considera que los hechos constituyen un delito de prevaricación, al ser la calificación definitiva en un acta una resolución administrativa.
  • Así mismo, el Tribunal ratifica la condena a 7 años de inhabilitación de la adjunta a la administradora de la Facultad.

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